Bienvenid@ al capítulo #7 del Laboratorio de Viajes Creativos, la newsletter en la que, cada dos semanas, muestro propuestas, experimentos y recursos sobre viajes, arte y creatividad.
Este capítulo va a tratar sobre la vista.
👁️👁️👁️👁️👁️👁️👁️👁️👁️👁️👁️👁️
En el Laboratorio #1, centrado en el sonido, dije esto: “pese a que el oído es el primer canal sensitivo que nos conecta al mundo (a través del líquido amniótico) y la última puerta que se cierra y la primera en abrirse de nuestro organismo, lo visual siempre ha prevalecido frente a lo auditivo”.
Y es que vivimos dominados por el yugo de lo visual. Mientras escribo estas letras, el móvil, ubicado junto a mi portátil, me atrae como un imán para desbloquear la pantalla y mirar si ha ocurrido algo nuevo. Estamos anclados a unas redes sociales que nos disparan a discreción contenido audiovisual, haciendo que nuestras pupilas se resequen mientras el dedo hace scroll hacia el infinito.
Por fortuna, cuando levantamos la vista, el mundo sigue ahí.
En este capítulo voy a explorar la vista a través de:
🎨 Un viaje creativo: “Cómo viajar sin ver” de Andrés Neuman
🗺 Un proyecto creativo: Simon Weckert y su “Google maps hacks”
🧪 Un experimento: El fotógrafo programado
🔥 Un disparador creativo: Paperboyo
📲 Un recurso TravelTech: Lazarillo, app para personas ciegas
I.D. (Interdata): al final del mail hay una encuesta donde puedes elegir qué sección te ha gustado más. Si lo contestas, me ayudas a crear nuevos capítulos.
🎨 Un viaje creativo: “Cómo viajar sin ver” de Andrés Neuman
Cuando el escritor argentino Andrés Neuman ganó en 2009 el Premio Alfaguara de novela con El viajero del siglo, los meses siguientes lo dedicó a una gira promocional de su novela por los países latinoamericanos. Un total de 19 países para un tiempo infinitamente menor.
Según explicó, “lamenté no tener más tiempo para conocer cada lugar. Pero después pensé: ¿no se trata de eso? ¿No estaré por experimentar, sin haberlo planeado, una hipérbole del turismo contemporáneo?” Porque, al fin y al cabo, “viajar se compone sobre todo de no ver. Nos lo jugamos todo, nuestro pobre conocimiento del mundo, en un parpadeo”.
De ese recorrido vertiginoso nación Cómo viajar sin ver, una especie de diario de viaje donde hay más aeropuertos y hoteles que monumentos y donde Neuman cumple con una premisa: “escribir de lo que mirase, escuchase, comprendiese o malinterpretase” de, “tomar notas literalmente al vuelo: si viajaba volando, así debía escribir. No forzar la escritura sino adaptarla a ese tiempo, a los tiempos. Así la forma del viaje y la forma del diario serían idénticas”.
El libro está plagado de reflexiones, aforismo y observaciones para subrayar pero, quizá, una de las más significativas sea esta:
“Quizás el mayor libro de viajes, el más incierto de todos, sería el de alguien que no va a ninguna parte y vive imaginando sus posibles movimientos. Frente a una ventana parecida a un andén, su autor levantaría la cabeza y sentiría el vértigo del horizonte”
El vértigo de viajar sin ver.
🗺 Proyecto creativo: Simon Weckert y su “Google maps hacks”
Imagina que un hombre (por ejemplo, llamado Simon), se pone a caminar por una calle con 99 smartphones de segunda mano en un carrito. SI lo ves en directo, lo más probable es que pienses que ese hombre está tramando algo.
Y no irías mal encaminad@
Eso es lo que hizo en el año 2020 el artista Simon Weckert para generar un atasco virtual en Google Maps. Y lo consiguió. Pero no solo eso: lo hizo frente a la sede de Google en Berlín.
El artista alemán paseó por varias calles del barrio de Friedrichshain-Kreuzberg (una de las zonas más gentrificadas de la ciudad, incluyendo en su ruta la misma sede de Google en Berlín) con sus 99 teléfonos con la geolocalización activa. Esto provocó un colapso en “tiempo real”, creando un atasco virtual y engañando al sistema.
A través de esta actividad, consiguió confundir la vista virtual del gigante tecnológico (y al de todos los que conducían ese día) al transformar una calle verde en roja. A través de un sencillo gesto analógico, consiguió crear un impacto visual en los mundos virtual y físico al orientar a los coches por otra ruta para evitar quedarse atrapados en el tráfico.
Su proyecto busca hacer una revisión crítica de cómo estos mapas (y las empresas que hay vinculadas: por ejemplo Airbnb, que tiene un inmenso impacto en las ciudades, en su mercado inmobiliario y la movilidad) funcionan como redes de dispositivos que determinan el comportamiento, las opiniones y las imágenes de los habitantes. Es decir, que ejercen un poder sobre sus decisiones.
🧪 Un experimento: El fotógrafo programado
El fotógrafo programado es un experimento que, como sucedió en el Laboratorio #6 (que trata sobre Madrid), hice años atrás (aunque he repetido sin registrarlo). Se trata de un experimento donde la vista es la total protagonista… pero en tramos de 20 segundos. Me explico.
👉 El experimento:
En la fotografía programada no tienes control del tiempo ni de la cámara. Sólo de tu creatividad. Estas son las instrucciones en las que se basa el experimento:
Programar una alarma (con el móvil) para que suene desde que te levantes hasta que te acuestes cada 60 minutos.
Cada vez que suene debes tomar una foto, pero no al tuntún, sino buscándole atractivo a la foto… aunque el sitio no lo sea especialmente. La vista no solo debe ser funcional, sino activa, efectiva y, sobre todo, rápida porque…
…hay que sacar la foto en los siguiente 20 segundos desde que suene la alarma y SIN MOVERSE DEL SITIO, tan solo girando sobre sí mismo o agachándose.
El ejercicio termina en el último momento fotográfico antes de la medianoche.
Se puede respetar la siesta.
👉 Resultados del experimento:
En mi caso, lo que tengo registrado, fue un Fotógrafo programado que hice allá por 2015, recorriendo la ciudad donde vivía, Madrid (mi ciudad natal, como explico en el Laboratorio #6).
Lo hice coincidir en un domingo en el que me desperté a las ahora inviables (👶) 11:00 de la mañana,
visité El Rastro,
y acabé de “latineo”
El experimento pone al límite tu capacidad de observación y de rapidez con la cámara y, aunque la gente con la que estás a veces te mira raro porque, literalmente, durante 20 segundos pareces como poseído mirando por el visor, los resultados son muy sorprendentes y divertidos.
Podéis ver todo el experimento en este artículo que publiqué en su momento.
🔥 Un disparador creativo: Paperboyo
El artista Rich McCor, más conocido en redes como Paperboyo (tiene medio millón de seguidores en Instagram), juega con la vista para alterar la realidad. Y lo hace únicamente con figuras de papel.
Su capacidad de ver los lugares desde una perpectiva diferente es fascinante. Tanto como su precisión con la técnica del cut out, recortar figuras dejando zonas vacías para jugar con el fondo de las imágenes.
Si en el experimento del Fotógrafo programado hay que ser rápido con la vista para buscar una foto interesante en un lugar anodino, Paperboyo sube la apuesta y es capaz de visualizar una historia totalmente distinta, la cual solo tiene sentido cuando añade uno de sus recortes.
📲 Un recurso TravelTech: Lazarillo
El recurso TravelTech es una App para quienes no pueden ver.
Se trata de Lazarillo, una app para personas ciegas y con baja visión que guía a los usuarios dentro y fuera de instalaciones con mensajes de voz en tiempo real.
El funcionamiento de Lazarillo es el siguiente: mientras las personas con discapacidad visual caminan, Lazarillo anunciará lugares de interés a su alrededor a través de mensajes audibles sobre su entorno, desde calles e intersecciones hasta restaurantes, tiendas y zonas de tránsito.
Y ahora, tú
En cada capítulo te preguntaré cosas y haré encuestas, para ir teniendo feedback y saber si el contenido es el adecuado o necesita revisiones.
Y hasta aquí el cuarto Laboratorio de viajes creativos.
Si te ha gustado, te agradecería muchísimo que lo compartieses con tus conocidos, a ver si les apetece apuntarse al Laboratorio.
Un abrazo y hasta el número #8. Como son fechas complicadas, llegará a las 10:30 AM en horario español de un viernes (aún no sé cual) de enero. En el momento menos pensado, aparecerá de nuevo el Laboratorio.
El experimento de Simon Weckert me parece una auténtica maravilla.
Mucha de la tecnología de la que nos fiamos día a día se sustenta sobre pilares mucho más frágiles de los que a veces somos capaces de ver. Siempre que se habla de sofisticados de hackers (muy de películas) es necesario recordar que para sembrar el caos basta con medidas mucho más mundanas y disruptivas.